La obesidad (Índice de Masa Corporal o IMC superior a 30) y el sobrepeso (IMC entre 25-30) son uno de los principales factores de riesgo relacionados con la Diabetes tipo 2, el tipo de Diabetes más frecuente que representa más del 90 % del total de diabéticos del mundo.

La Diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica no trasmisible, multifactorial, en la que intervienen factores genéticos y ambientales cuya correspondencia con la obesidad está bien determinada ya hace tiempo, evaluando que un 60 a 90 % de todos los pacientes con Diabetes tipo 2, han padecido obesidad o bien son obesos; y en torno a un 45 % de las personas con obesidad tienen también Diabetes.

La obesidad es considerada hoy como una enfermedad crónica compleja y progresiva que representa uno de los problemas de salud pública más importantes que enfrentan los países, debido a su gran prevalencia, así como sus secuelas y su asociación con las primeras causas de mortalidad.
En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 650 millones eran obesos. Esto equivale a decir que el 39 % de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13 % eran obesas, con un predominio del sexo femenino en ambas categorías

En Uruguay de acuerdo a lo informado en 2013 por la Encuesta de Factores de riesgo de Enfermedades No Transmisibles, entre las personas adultas casi 7 de cada 10 tiene sobrepeso o es obeso (4 de cada 10 sobrepeso y 3 de cada 10 obesidad).

Según el Atlas de la Diabetes, el número de personas con Diabetes alcanzará los 380 millones en 2025. Los estudios han demostrado que aproximadamente un tercio de las personas con Diabetes tipo 2 no están diagnosticadas y ya presentan complicaciones en el momento del diagnóstico

La obesidad y la Diabetes tipo 2 suponen entonces una auténtica epidemia mundial y constituyen un problema de salud pública de primera magnitud.
Obesidad y el sobrepeso son responsables del 44 % de la carga de Diabetes, constituyendo por tanto, el principal factor de riesgo modificable de esta enfermedad.

La Diabetes produce una serie de complicaciones a largo plazo que afectan fundamentalmente a la visión (retinopatía diabética), siendo la primera causa de ceguera en el mundo cuando no está adecuadamente controlada, riñón (nefropatía diabética) siendo la primera causa de insuficiencia renal terminal y neuropatía diabética además de aumentar la incidencia de patología cardiovascular y cerebrovascular.

La obesidad no sólo implica un mayor riesgo de desarrollar Diabetes tipo 2, también se la ha relacionado con un mayor riesgo de ictus, enfermedad coronaria y cáncer, existiendo un aumento de la mortalidad cardiovascular en esta población.

La asociación de Diabetes tipo 2 y obesidad, ha originado lo que se conoce hoy en día, como diabesidad. Este término se le adjudica a Paul Zimmet y colaboradores en el año 2001, el cual subraya el irrefutable vínculo entre estas dos enfermedades.

Desde una perspectiva fisiopatológica el nexo entre la Diabetes mellitus tipo 2 y la obesidad -sobre todo debida a exceso de adiposidad abdominal-, tiene que ver con la resistencia a la insulina (definida como la incapacidad genética o adquirida de los tejidos blandos de responder adecuadamente a la acción de la insulina) y la disfunción de las células beta secundaria a la glucotoxicidad y lipotoxicidad que está presente en estos pacientes. A ello debemos sumar la influencia de factores genéticos y ambientales.

La relevancia de los factores genéticos, se puso en evidencia a partir de los datos surgidos de los estudios en gemelos, al revelar que hay una mayor incidencia de aparición de la Diabetes mellitus en gemelos homocigóticos, así como de las indagaciones realizadas en los indios Pima (naturales de la región que comprende los estados de Sonora y Chihuahua en México y Arizona en U.S.A.) y de los factores heredados en la resistencia a la insulina en poblaciones caucásicas, estos factores genéticos se ven exacerbados por los estilos de vida de las personas.

A nivel mundial se observa un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa saturadas y trans, y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.

Gran parte de estos cambios son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y a la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; la agricultura; el transporte; la planificación urbana; el medio ambiente; el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación.

La Diabesidad y su impacto en la sociedad, tanto económicamente como en la salud, nos lleva a considerarla como una epidemia mundial hoy en día y representa una carga bastante costosa para los sistemas de salud.

¿Cómo enfrentar la epidemia de diabesidad?

Existe un objetivo acordado a nivel mundial para detener el aumento de la Diabetes y la obesidad para 2025.
Igual que el aumento de peso implica un mayor riesgo de desarrollar enfermedades, la reducción ofrece beneficios significativos. En personas con sobrepeso-obesidad y Diabetes, una pérdida de peso disminuye la resistencia a la insulina y facilita el control glucémico. Pérdidas de peso importantes, como las que se asocian a la cirugía pueden incluso conseguir la remisión de la Diabetes tipo 2. La pérdida de peso puede proporcionar otros beneficios clínicos como la mejoría de factores de riesgo cardiovascular.

Los programas destinados a la reducción del sobrepeso o la obesidad, como el Diabetes Prevention Program Study o el Diabetes in Europe-preventing Using Lifestyle, Physical Activity and Nutricional Intervention, han demostrado que la reducción del peso con modificaciones del estilo de vida se asocia a una reducción marcada del desarrollo de Diabetes.

Las guías de tratamiento y prevención de la Diabetes tipo 2 recomiendan unánimemente las modificaciones del estilo de vida como el primer paso en el tratamiento de la enfermedad, recomendación que no debemos nunca olvidar en cada paso que demos en el tratamiento. Aunque en el tratamiento de la Diabetes tipo 2 necesitaremos sin duda tratamientos farmacológicos, la actuación sobre el peso y un estilo de vida basado en una alimentación adecuada y ejercicio físico debe ser uno de los pilares en el tratamiento de estas dos patologías. En ese sentido las Guías Internacionales de los últimos años para el tratamiento de la Diabetes tipo2 ponen énfasis en la presencia de sobrepeso/obesidad al momento de la elección del fármaco a utilizar.

En la actualidad se han desarrollado varios medicamentos que además de su efecto sobre la glucemia han demostrado ser beneficiosos en el control del peso (agonistas del GLP1, inhibidores del contransportador 2 de la glucosa SGLT2i) e incluso se propone en determinados casos el tratamiento Quirúrgico (Cirugía Metabólica) para lograr un mejor control de estas dos afecciones.

Conclusiones.

En países occidentales, el 90 % de los pacientes con Diabetes Mellitus Tipo 2 se relaciona con aumento de peso.
La diabesidad se acompaña de una gran morbilidad y mortalidad, con el costo económico y humano que ello conlleva.
Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen una función crucial en la prevención de la Obesidad y Diabetes Tipo2.