Los diabéticos tienen algunas características propias de su enfermedad que los hacen más vulnerables si consumen drogas. Nos proponemos repasar y advertir de los riesgos del consumo de sustancias en diabéticos, actualizando conceptos en este 2017, como ya lo hicimos en el quinto Campamento de la Fundación Diabetes del Uruguay, con muy buena participación de los chiquilines y docentes allí presentes.
Creemos también que el consumo de drogas se debe encarar promoviendo el debate y procurando la mayor participación social de la población, alejándonos de las políticas tradicionales que manejan el “flagelo de la droga” o que promueven el combate a ésta desde acciones represivas como el combate a las drogas que han demostrado ser ineficaces y agravar el problema. Siempre debemos encarar el problema desde la trilogía
Los medios de comunicación nos saturan con información de hallazgos de sustancias, criminalización del consumo de drogas, o encarando el problema desde las sustancias, y nosotros y las políticas modernas, la junta nacional de Drogas, nos oponemos radicalmente a este encare, sabiendo que las personas tienen y pueden actuar sobre las sustancias y el medio socio cultural interacciona permanentemente con esta relación entre persona y sustancia. Por otra parte creemos que “Las drogas constituyen un fenómeno plural, con múltiples manifestaciones según el momento histórico, la cultura, el modelo económico, la situación particular de un país, los diversos significados que les asignan los sujetos y las propias diferencias entre las sustancias. No obstante, se ha insistido en homogeneizar el «problema de la droga», como si fuera un mismo fenómeno universal, atemporal y ahistórico”*
Entrando en tema definamos droga como cualquier sustancia natural o sintética que al entrar en el organismo es capaz de modificar una o más funciones, y las que nos referimos, las psicotrópicas, actúan en el Sistema Nervioso Central produciendo cambios de ánimo y conciencia. Y manejando rápidamente algunas cifras del consumo en nuestro país, así estamos hoy:
Vemos que hemos tenido sustanciales cambios en estos últimos años. El alcohol sigue siendo la droga más consumida y más problemática. Esta gráfica en jóvenes de enseñanza media muestra un consumo ocasional de más del sesenta por ciento, con el fenómeno incrementado de borracheras en uno de cada tres jóvenes, marcando además que es un fenómeno de todas las edades ya que en Uruguay más del cincuenta por ciento de la población consume alcohol en forma habitual y hay doscientas sesenta mil personas con consumo problemático. El alcohol y el tabaco además son las sustancias que los jóvenes comienzan a consumir a edades más tempranas. Asimismo, en promedio, los varones que los han consumido muestran un inicio levemente más precoz que las mujeres. Y señalar además que la misma cantidad de alcohol conlleva más riesgos en las mujeres dado el mayor contenido graso y menor volumen de agua en el cuerpo, así como por la ausencia en el estómago de la enzima alcohol deshidrogenasa (adh).
Pero, ¿cuáles son los riesgos incrementados del consumo de alcohol en diabéticos?
Es muy importante un “piso”, una ingesta previa si se va a consumir alcohol, especialmente en insulinodependientes, para prevenir los episodios de hipoglicemia considerando además si va a haber ejercicio físico intenso (baile, etc.). Debe haber menor dosis de insulina nocturna e ingerir algún alimento durante la salida.
Si se va a consumir alcohol son preferibles las bebidas de bajo contenido de alcohol (vino, cerveza) y las fermentadas a las destiladas, desaconsejamos las destiladas y en especial las destiladas con contenido de azúcar (ron, grappamiel).
Actualizando conceptos, en este 2017 aparece un fenómeno nuevo, de estos años: los energizantes, que han aumentado su incidencia (vean gráfica) y son especialmente nocivos en diabéticos por su contenido de azúcar y gas y especialmente peligrosos si se los consume -práctica frecuente- con alcohol.
Tenemos novedades auspiciosas en consumo de tabaco, ha descendido notoriamente, y en especial en jóvenes, aunque debemos seguir insistiendo en prevención, ya que marca una especial tendencia al consumo en mujeres. Fumar implica aumento y precocidad de atero y arterioesclerosis, hipertensión, accidentes vasculares, enfermedad renal y problemas en regulación de Diabetes especialmente por el agregado de glucosa a los cigarrillos.
En Uruguay hemos tomado diversas medidas para el control de la epidemia del tabaquismo y los esperamos en las policlínicas de tratamiento, que existen en el mutualismo yen salud Pública, como la nuestra en la Asociación Española.
Con el consumo de marihuana abordamos otro importante punto en la comprensión del fenómeno drogas: la percepción del riesgo, las drogas con baja percepción del riesgo como marihuana y alcohol son hoy las más consumidas y eso nos da mucho paño para trabajar en educación y prevención. El inicio del consumo de marihuana es un poco después que alcohol y tabaco, ubicándose en catorce, casi quince años.
El consumo de marihuana en diabéticos debe tener en cuenta los episodios de dificultades de control de glicemia porque el cannabinol que contiene la marihuana incrementa la adrenalina y noradrenalina y dificulta o altera la glicemia en sangre.
Especial cuidado en las hipoglicemias por distorsión de percepción de la realidad, y se discute, aunque hay evidencia en aumento, de bronquitis y enfisema pulmonar al prolongar su consumo, así como su utilización en el tratamiento de la neuropatía diabética.
Un último párrafo para las drogas sintéticas, que sin tener la magnitud de consumo de las drogas de origen natural que predominan en el país y la región, los últimos estudios epidemiológicos y los reportes de Centros de Tratamiento informan del consumo de diversas sustancias como la ketamina, el éxtasis, el LSD sintético, etc., que por sus características y desconocimiento de su verdadera composición se vuelven potencialmente riesgosas.
En cuanto a la percepción del riesgo, son drogas con alta percepción del riesgo aunque más del veinte por ciento no conoce el riesgo de las drogas sintéticas. Se asocian además con bebidas energizantes, utilizadas para mantener la vigilia o contrarrestar los efectos depresores del alcohol.
En diabéticos son especialmente riesgosas por el incremento de glicemia provocando picos y el uso asociado de alcohol las vuelve especialmente peligrosas por el efecto sobre sistema nervioso y la prolongación de su acción.
Para finalizar el teléfono*1020 permite consultar, asesorarse y acceder a tratamiento de todo tipo de consumo con la Red nacional de Tratamiento de la Junta Nacional de Drogas. Encarar un consumo problemático siempre es posible, trabajar más en prevención y educación y manejar y conversar el tema en la familia, el trabajo o el centro educativo nos seguirá ayudando a mejorar este tema y disminuir los riesgos del consumo.
Referencias: *Touzé (2006:33)
”Viajes sintéticos Estudios sobre uso de drogas de síntesis en el Uruguay contemporáneo”. Héctor Suárez • Marcelo Rossal – Compiladores.
VI encuesta de hogares y VI encuesta de Estudiantes enseñanza media, Observatorio Uruguayo de Drogas.